A veces vivimos muy deprisa. El estrés del trabajo, de los estudios, no tener tiempo para nuestra familia o nuestros amigos o incluso dar por sentado que lo que tenemos en nuestra vida es lo normal hace que no lo valoremos lo suficiente. Hace que no saboreemos cada instante de nuestra existencia, que disfrutemos de lo que realmente importa y que no sepamos dar a cada situación o problema la magnitud que merece y no más... ¿Cuántos días de nuestra vida hemos malgastado? Creo que se debe afrontar la vida con la ilusión que merece que estemos aquí para vivir esta inenarrable aventura y que si tuviéramos presente el Carpe Diem que supone no saber cuándo acabará el viaje, nuestra vida sería muy distinta.
Desde aquí quiero desear una pronta mejoría a Moyano, una persona con la que no he tenido mucho trato pero aun así es palpable su humildad, saber hacer, su capacidad de diálogo, su alegría, su cordialidad y ser tan buena persona. Tu Virgen del Consuelo te ha tendido la mano y a muchos cofrades, después de visitarte en el hospital y conocer la historia de tus mismas palabras, seguramente nos ha instado a hacer esta reflexión sobre la trascendencia de la vida y a afrontar la Cuaresma (al menos) con otro espíritu distinto al de sumar días a nuestros años de existencia. Tenemos mucho que aprender de tu entereza, Moyano. Sigue así y no cambies.
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