La semana pasada fue una locura para mí. Aparte de mis líos particulares, fotográficamente hablando tuve tres sesiones de retrato y un par de reportajes cofrades que han inaugurado mi Cuaresma particular.
Una de las sesiones fue la de los guapísimos Felipe y Verónica. Nos hizo una tarde espléndida que nadie diría que era de invierno y disfruté mucho haciéndoles fotos, ya que eran muy fotogénicos y naturales delante de la cámara.
Os dejo una pequeña muestra.
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