Fue tomada al finalizar la misa de uno de los días del Triduo preparatorio de la Procesión Extraordinaria celebrada el pasado 15 de septiembre. De vez en cuando la quietud del templo nos regala momentos irrepetibles como este, en el que el sentimiento y la devoción se hacen palpables en gestos tan sinceros como un beso. Y es que esa es la clave de esta instantánea: el sentimiento. Y por ello quise destacar en un lugar predominante a la anciana y su gesto y cómo es ella quien nos dirige con su mirada al Artífice de su devoción, mientras Él parece extender Su Mano a sus plegarias.
Me alegra profundamente compartir el honor de haber sido seleccionada por un jurado de expertos y profesionales de la fotografía junto a mis amigos y compañeros de "Número Efe" Magdaleno y Sonia, quienes a buen seguro han resultado galardonados con instantáneas del magnífico nivel al que nos tienen acostumbrados.
Prometo una próxima entrada con mis preferidas (porque en este caso, y aunque le tenía especial cariño a esta fotografía, ésta no estaba dentro de mis apuestas curiosamente).
Y para terminar, quiero dar las gracias desde aquí a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad por su buen hacer a lo largo de la celebración de esta efeméride, por habernos hecho partícipes de cultura, caridad, liturgia y una demostración de religiosidad popular inolvidable durante ese Vía Crucis extraordinario y la salida procesional del pasado 15 de septiembre. Con ese gusto por hacer las cosas bien, es muy fácil captar esa esencia especial en una instantánea.
Preciosa Leti, PRECIOSA!
ResponderEliminarEnhorabuena!!
¡Me alegro de que te guste, Ángel! El mérito es de ellas, cuya fe nos permite captar de cuando en cuanto estos verdaderos regalos devocionales ;)
ResponderEliminar